Nochevieja en la playa

Viajar durante estas fechas para pasar unos días de desconexión junto a los que más queremos y al mismo tiempo disfrutar de unas buenas temperaturas en pleno invierno invita a realizar planes de ocio muy originales que son toda una experiencia. Aunque el mes de diciembre da la bienvenida al invierno, esto no quiere decir que las Navidades tengan que pasarse a temperaturas que rocen los cero grados. Lo cierto es que estamos muy acostumbrados al chocolate con churros para entrar en calor, a los puestos de castañas, a llevar abrigos, guantes y bufandas durante este período del año, pero una de las ventajas que sin duda distingue a España es que precisamente bien se puede practicar turismo de montaña o bien pasear por la orilla del mar en el mismo día del calendario.

Hay muchas personas que prefieren pasar la Navidad rodeado de buenas temperaturas

Así pues, en los últimos años son muchos los que han decidido cambiar el modo tradicional de disfrutar de la Navidad para probar planes de ocio alternativos que ayudan a recargar las pilas al mismo tiempo que le dedican tiempo a la familia. Tomarse las doce uvas fuera de casa comienza a ser una actividad que poco a poco más españoles van adoptando, y aumentan especialmente los que escogen destinos turísticos costeros para disfrutar de la Nochevieja. Por eso en este artículo repasamos los mejores planes playeros para recibir a la última y a la vez primera noche de un año.

Recibir la Nochevieja en playas nacionales

Por toda la costa mediterránea del país se ofrecen multitud de planes de ocio que sin duda harán de la Nochevieja una noche única. La mayoría de hoteles ofrecen a sus clientes packs especiales que deben reservar con antelación si no quieren quedarse sin él. Estos planes suelen ser cenas con restaurantes con menús de calidad, amenizados con las vistas al mar. Es precisamente el encanto del sonido y del ir y el venir de las olas lo que suma puntos a esta experiencia. No obstante, no solo los hoteles ofrecen un menú de degustación para estos días sino que también muchos chiringuitos abren sus cocinas específicamente para Nochevieja.

Pasar las navidades en la playa implica reservar en un hotel

En primera línea de playa, los comensales podrán tomarse las uvas de una manera muy especial frete al mar. Al mismo tiempo, algunos lugares ofrecen velas voladoras a sus clientes para que una vez entrado el nuevo año puedan pedir un deseo y dejarlas volar hasta que se pierdan en el cielo. En este ambiente mágico, algo alejado de las luces navideñas de las grandes ciudades, los restaurantes ofrecen después música en directo con orquestas propias en la misma playa, espectáculos de danza, fuego y pirotecnia en directo y animación infantil para los más pequeños.

Pero para los jóvenes existen otras ofertas más encaminadas a la fiesta. Muchos de estos packs ofrecen cenas en restaurantes con opción a compra de entrada en discotecas asociadas, las cuales pueden pasar la pista de baile a la playa. Un ejemplo se encuentra en Benidorm a cargo del grupo Farley, donde preparan fiestas hasta el amanecer en salas muy conocidas de esta localidad. Por alrededor de 100 euros los clientes pueden disfrutar de una exquisita cena y de la entrada a la sala que prefieran, con barra libre y música con DJs reconocidos en el panorama nacional por toda la noche. Además ofrecen un servicio de ruta en autobús para la vuelta.

Si se quieren unas navidades tranquilas, los resorts son la mejor opción

Recibir la Nochevieja en playas internacionales

Si buscas un plan más ambicioso, siempre existe la posibilidad de buscar sitios más recónditos en playas paradisíacas. Si bien es cierto que los archipiélagos españoles pueden ser una opción, viajar más lejos para conocer nuevas culturas y la forma en la que celebran la última noche del año es siempre un plus. Aunque por toda la costa mediterránea a lo largo de Europa se ofrecen multitud de planes, los mejores destinos para pasar la Nochevieja en la playa se encuentran en América del Sur. Si lo que estás buscando es tranquilidad, existen muchos resorts de cadenas internacionales que ofrecen actividades de todo tipo durante las Navidades. Pero concretamente para la última noche del año, se recomienda visitar Río de Janeiro y la playa de Copacabana.

Ya no solamente por vivir una velada única en los hoteles en primera línea con vistas a playas de arena blanca y aguas cristalinas, sino porque en la misma playa se celebra la Reveillon a la que acuden anualmente casi 3 millones de personas. Se trata de un espectáculo de fuegos artificiales sobre el mar, celebrado por la tarde, unido a unas 10 horas de música en directo que se alargan hasta la madrugada y una decoración de luces que crean un ambiente único. Sin embargo, la fiesta no es solo la parte más emblemática de la Nochevieja en Copacabana, sino también sus tradiciones, que son algo peculiares:

Además en los lugares de costa internacional tienen sus propias costumbres navideñas

• Los brasileños piensan que para atraer la buena suerte en el año que entra, es imprescindible recibirlo yendo vestidos de blanco. No obstante, si piensas seguir este ritual no luzcas tus mejores galas porque la tradición ordena que antes de que lleguen las 12 hay que acercarse a la orilla y saltar siete olas.
• Para el momento del brindis y la inmediata celebración del nuevo año, la superstición de muchos es saltar tres veces con la copa llena de champán. El objetivo es no derramar ninguna gota de líquido porque después de conseguirlo, es obligado lanzar el champán hacia atrás.
• Otro de los rituales a seguir por los brasileños para obtener buena suerte por el resto del año y, sobre todo, viajar mucho, es colocar una prenda de vestir de color blanco encima de una maleta y dejarla allí durante toda la noche.

Aunque se trate de rituales brasileños, lo cierto es que pueden practicarse en cualquier otro lugar costero del mundo. Esto puede precisamente marcar la diferencia y darle un toque especial a la Nochevieja para convertirla en inolvidable o exótica, bien entre amigos, en pareja o en familia, pero con arena entre los pies. Una de las cosas que tiene pasar la última noche del año en la playa es ese toque diferencial, más allá de tomarse las 12 uvas fuera de casa y sobre todo, de disfrutar de la brisa del mar en una época en la que no estamos tan acostumbrados.