La Navidad en Roma, como en otros muchos lugares, son unos días de celebración. Si queremos visitar esta milenaria ciudad en estas fechas, nos vamos a encontrar con que su tradición no dista tanto de la española ya que incluyen en ésta mercados navideños o belenes. Las navidades duran dos semanas en Roma, en las que los estudiantes tienen vacaciones desde el 24 de diciembre hasta el 6 de enero, teniendo los trabajadores únicamente como festivos el 25 y 26 diciembre y después el 1 y 5 de enero.
Hay que señalar que el 6 de diciembre se hace una previa a estas fiestas con la celebración de San Nicolás. San Nicolás de Bari fue uno de los santos más conocidos del cristianismo, aunque sonará más si cuando se le llama Santa Claus o Papá Noel. Por lo tanto, su relación con la Navidad es más que evidente, aunque tuvo su origen en el cristianismo, ya que quisieron darle un toque religioso a la figura de este hombre gordo que repartía regalos relacionándolo directamente con este santo.
Aunque vayamos de visita, hay que tener en cuenta los días festivos ya que no estarán abiertos al público los distintos monumentos y museos que caracterizan a Roma. Aún así, puedes disfrutar de algunos de ellos de otra manera viendo cómo quedan ambientados entre las distintas decoraciones de árboles y luces que brillarán durante estos meses.
Dado que el Estado de la Ciudad del Vaticano se encuentra en Roma y la Navidad tiene una gran cantidad de símbolos y festividades católicas, uno de los momento más especiales para todos aquellos que profesen esta religión, es la celebración de la Misa del Gallo en la madrugada del 24 al 25 de diciembre. También tiene una gran importancia para la comunidad católica la bendición 'urbi et orbi' que da el Papa en la Plaza San Pedro una vez terminada la misa de Navidad en la Basílica de San Pedro el día 25.
Mercados de Navidad
La tradición de los mercados navideños también se asoma a Roma durante estas fechas, siendo el más importante el que se ubica en la Piazza Navona. En este lugar, antiguamente también se hacían mercados de todo tipo de alimentos y productos, por lo tanto se puede decir que es una derivación de aquella tradición que se extendía a lo largo de todo el año donde aquel que quisiera podía acercarse a hacer la compra. Allí estaba ubicado el estadio de Domiciano, por lo que la plaza mantiene su forma alargada conservando las dimensiones ocupando los edificios el lugar de las gradas. En la plaza podemos encontrarnos con tres fuentes de las que destaca la Fuente de los Cuatro Ríos (Fontana dei Quattro Fiumi), obra de Bernini, la iglesia de Santa Inés en Agonía y el Palazzo Pamphili.
El mercado está abierto desde el 1 de diciembre hasta el 6 de enero abierto desde por la mañana hasta la madrugada, ampliándose el horario durante los fines de semana por la mayor afluencia de gente. Está principalmente dedicado a la figura de la Befana, que es quien trae los regalos a los niños el 6 de enero. Por ello, a lo largo de los distintos puestos se pueden encontrar tanto dulces como carbón dedicados a esta figura de su tradición. En el resto es normal encontrar distintas figuras para adornar nuestros belenes, comida típica, artesanía, juguetes, adornos, castañas asadas...
Belenes
Los belenes que hay repartidos por toda la ciudad de Roma, también son una antigua tradición de la Navidad que se remontan siglos atrás llegando a su momento cumbre en el siglo XVI. Los belenes o presepe, como se dice en italiano, están ubicados en las iglesias y están realizados con un gran minimalismo que hace que cada escena casi cobre vida ya que no les falta detalle y están acompañados de una iluminación que ayuda a su ambientación. Hay que destacar la exposición que tiene lugar cada año en la Piazza del Popolo donde se dan cita cerca de un centenar de belenes venidos de todos los rincones de Italia para deleite de todo aquel que quiera visitarlos.
Aún así, alcanza una gran importancia el ubicado en la Piazza di Spagna. Éste tiene las imágenes que representan a José y a María en tamaño real. El momento en el que más miradas acapara es, en la mañana del 25 de diciembre, cuando se le une la figura representativa del niño Jesús dando por oficial su nacimiento como un acto de reconocimiento.
Nochevieja y Nochebuena
La noche del 24 al 25 de diciembre para los romanos supone una celebración en familia alrededor de la mesa. La principal comida que hay esa noche en la cena es el pescado. Hay que recordar que los menús no son iguales en todas las regiones italianas, pero sí hay algunos platos típicos como los vegetales fritos, tartinas y ensalada de pescado, como entrantes de cualquier cena que se precie en Nochebuena.
Toda esta comida también va acompañada en la cena con pasta, aunque ésta también ha de estar rellena de pescado, ya que esa noche no se cena carne. El día 25 se puede comer carne en la comida. El plato principal es sin duda la pasta al horno, un plato de pasta con salsa de tomate, carne, trozos de mozzarella y queso parmigiano arriba. Otra clase de comida que tiene la carne como protagonista es el arrosto, la carne asada y el rosbif.
Durante la festividad de Nochevieja el día 31 de diciembre, las familias o aquellas personas que se hayan reunido para cenar se sientan juntas para comer algo antes de que llegue el momento de la media noche. La tradición dice que una vez pasen las doce campanadas han de comer un plato de lentejas y cotechino. Las lentejas son consideradas por los romanos como símbolo del dinero y por lo tanto, de la riqueza y prosperidad para el nuevo año. Se cuentan las lentejas a la vez que se comen, así que cuantas más se cuentan, más dinero se tendrá. Se trata de una tradición muy antigua en Italia, ya que se sabe que los antiguos romanos ya solían regalar para fin de año lentejas, augurando así un año nuevo rico para aquel que las recibía.
Befana
La Befana es una mujer mayor que en la noche del 5 al 6 de enero visita las cosas de los niños para dejarles dulces en el caso de que hayan sido buenos y carbón si no se han portado bien a lo largo del año. La leyenda cuenta que los Reyes Magos yendo a Belén para llevar sus regalos al Niño Jesús pidieron ayuda a una anciana Ésta los indicó y les regaló dulces para el recién nacido, así que estos la invitaron a acompañarles, oferta que declinó. Más tarde, al arrepentirse, preparó un cesto con dulces, salió de casa y se puso a buscarlos sin conseguirlo. En su camino paró en cada casa que encontraba a lo largo del camino dando dulces a los niños con la esperanza de que alguno de ellos fuese el Niño Jesús. Desde entonces vaga por el mundo haciendo regalos a todos los niños para hacerse perdonar.