Cuando se acerca la Navidad, muchas son las personas que recurren a un plan alternativo para celebrar estas fechas tan especiales. Una de las opciones más recurrentes para utilizar las fiestas navideñas como algo más que una reunión con la familia alrededor de una mesa en una cena o comida es viajar. Se puede viajar por distintas razones, ya sea porque se quiere conocer la cultura de un determinado lugar por Navidad ya que lo que conocemos de él nos atrae o, simplemente, recurrir a viajes organizados a sitios poco habituales. Éste es el caso de La Antártida.
Este continente ubicado en el Polo Sur se trata de una zona despoblada por las condiciones inhóspitas y ser prácticamente todo hielo. Los únicos habitantes que podemos encontrarnos en este lugar son científicos que estén llevando a cabo algún tipo de experimento o militares que se encuentren destinados por alguna misión en concreto. Al ser una zona despoblada, no hay tradición alguna relacionada con la Navidad. Cada grupo de personas que se encuentran allí destinadas llevarán a cabo las celebraciones propias de la tradición de su país de origen intentando, dentro de lo posible, comer la comida típica de estos días para hacerlos más especiales a pesar de la distancia.
La Antártida como destino en Navidad
Para aquellas personas que quieran descubrir un lugar poco común y ya de paso pasar estas fiestas de una manera original, La Antártida es un buen lugar. Los viajes que se organizan hasta este continente no incluyen una estancia allí, ya que no sería un lugar muy cómodo para pasar unos días, pero sí que se incluye como recorrido dentro de los distintos cruceros que parten desde Sudamérica. Estos suelen durar sobre los 15 días como media y el precio suele ser bastante elevado. Podemos encontrar los cruceros más económicos sobre los 2.000€ pero lo más común es que el precio llegue a ascender hasta los 4.000. Además, a esto hay que sumarle que la salida no es desde España, sino que hay que sumarle el vuelo hasta el lugar desde donde parte, por lo que el precio aumentaría considerablemente. No es un viaje al alcance mucha gente, pero lo que está claro es que, en el caso de que alguien se embarque a hacerlo, no se arrepentirá.
Los viajes suelen partir, normalmente, desde Argentina, siendo Buenos Aires y Ushuaia los puntos de partida. En el caso de que la capital argentina sea el inicio, el crucero no saldrá directamente de ahí, sino que los pasajeros tomarán un avión que les dirigirá a Ushuaia en un trayecto de unas cuatro horas. Esta ciudad argentina es la capital de la Provincia de Tierra del Fuego, La Antártida e Islas del Atlántico Sur. De ahí, los pasajeros se embarcarán en el barco que les llevará por las frías aguas de La Antártida. No será un viaje meramente lúdico, ya que en esta clase de cruceros es posible a acudir a conferencias en las que, aparte de explicarnos curiosidades sobre estas tierras, nos pondrán al día de las últimas averiguaciones llevadas a cabo con charlas impartidas por científicos.
Durante el viaje se alternarían días de navegación y otras en las que se pueden visitar lugares turísticos de esa zona como Georgia del Sur. Concretamente aquí, algunos cruceros suelen parar en las fechas navideñas durante unos pocos días en los que, aquel pasajero que quiera, pueda acudir a un oficio religioso llevado a cabo en una iglesia que fue erigida por los balleneros que acudían a pescar en 1913. El resto de los días se puede disfrutar del paisaje que reúne paisajes montañosos con glaciares y luego playas, ya que se encuentra en el límite de la influencia de las aguas heladas.
Otros lugares que se visitan son Isla Decepción, Isla Media Luna y Brown Bluff para terminar con el Pasaje de Drake que supondrá la vuelta hacia Ushuaia y el fin del viaje por estas tierras tan frías. Una vez ya de vuelta a Ushaia, la mayoría de los viajeros volverán en un vuelo a Buenos Aires. Esto dará a los viajeros la posibilidad de poder pasar unos días más en la capital argentina aprovechando del ambiente festivo que tendrá la ciudad y conociendo los secretos y la tradición de ésta en estas fechas navideñas antes de volver a casa y dar por finalizado este estupendo viaje.
Cómo celebrar la Navidad en La Antártida
La Navidad es una tradición que se lleva a cabo en gran parte del mundo y que sirve para agrupar a las familias en torno a una mesa llena de comida. En el caso de que nuestra opción sea viajar por La Antártida en un crucero durante estos días, tanto la tripulación como los pasajeros no serán ajenos a esta festividad y la celebrarán también.
La noche del 24 de diciembre, se realiza la tradicional cena de Nochebuena en la que, más que seguir el menú de un país en concreto para hacer la comida, se prepara una cena de gala que distinga esta noche de todas las demás que se pasan en el barco. Al incluirse siempre la pensión completa, todos los pasajeros podrán tener acceso a esta cena tan especial. En el caso de la comida del 25 de diciembre, al intentar coincidir a la estancia en Georgia del Sur para poder acudir al oficio religioso quien quiera, es más libre.
Por una parte, el barco sigue proporcionando a sus pasajeros una suculenta comida para llevar a cabo esta celebración navideña, pero también es posible que haya gente que prefiera pasar el día fuera y comer en cualquiera de los restaurantes. No es una comida típicamente navideña, pero dado que se trata de un viaje todo vale.
También es posible que Año Nuevo coincida dentro de las fechas del crucero, por lo que el barco se volverá a engalanar para dar la bienvenida al nuevo año. Ten en cuenta que los que organizan este tipo de viajes en estas fechas son conscientes de que sus viajeros lo que buscan, principalmente, es pasar estos días de una manera original y diferente a la que llevan teniendo todos los años en su lugar de origen. Por lo tanto, el viaje no será ajeno a la Navidad.