Papá Noel ha llegado a nuestro país para quedarse. Pese a que España es, como otros tantos países, un lugar con tradición de los Reyes Magos, cada vez son más las personas que celebran Papá Noel y aprovechan la ocasión para dar regalos a los más pequeños. ¡Y es que siempre es un buen momento para hacer regalos! Independientemente de que Papá Noel pertenezca a nuestro calendario festivo o no, aunque coincida con lo que siempre hemos denominado Nochebuena, porque a nadie le amarga un dulce.
No obstante, y pese a que llevamos años hablando de Santa Claus, son pocos los que conocen la historia real tras este señor entrañable. Porque el mito del obispo cristiano llamado Nicolás es tan solo algo que la cultura cristiana absorbió; la figura de Papá Noel viene de mucho más lejos, del antiguo mito solar del solsticio de invierno, que tiene lugar entre el veinte y el veintitrés de diciembre. Este solsticio era conocido como el Yule, era una festividad muy conocida hace siglos en el Norte de Europa y lo que realmente se celebraba era el triunfo de la vida sobre la muerte. Los seres queridos se juntaban, y celebraban el mero hecho de continuar vivos, a la vez que recordaban a aquellos que había fallecido.
Durante el solsticio de invierno, se solía sacrificar una cabra en honor a Thor, que era el dios del trueno. La cabra, que comenzó siendo una ofrenda, terminó transformándose en un símbolo; poco a poco, la cabra se vio como la que llevaba regalos a todos durante el Yule. En Finlandia, en lugar de hablarse de una cabra se hablaba de un anciano que se llamaba Joulupukki; este es el que ahora conocemos como Papá Noel.
Papa Noél es conocido en las diferentes partes del mundo con diversos nombres, aunque algunos de ellos coinciden. Porque este hombre de barba blanca que trae regalos a aquellos niños que se portan bien tiene muchísimos nombres por los que es conocido en diferentes zonas a lo largo y ancho del planeta.
El comienzo oficial: Nicolás de Bari
Dejando a un lado el solsticio de invierno que ya se ha mencionado, el Santa Claus más conocido es Nicolás de Bari, un supuesto obispo que al parecer consiguió grandes milagros. Poco a poco, se le comenzó a ver como un hombre que se preocupaba por los niños, y que les llevaba regalos y obsequios a todos aquellos que no tenían cómo alimentarse. De ahí se comenzó a hablar de San Nicolás, que acabó transformándose en Santa Claus o Papá Noel. Pero, ¿cómo? En el año 1624, los holandeses llegaron a Nueva York (que en ese momento era Nueva Ámsterdam), llevando consigo sus mitos, entre los que se encontraba el de Sinterklaas, su patrón. Dos siglos más tarde, el escritor Washingon Irving transformó Sinterklaas es Santa Claus, sencillamente cambiando la pronunciación.
Pero Santa Claus tiene muchos más nombres, y todos ellos muy diferentes. En España, por ejemplo, en lugar de hablarse del tradicional Papá Noel, se le da otra figura en distintas zonas, así como otros nombres, aunque la finalidad es la misma: trae regalos a los más pequeños. En el País Vasco se denomina el Olentzero, en Cataluña es Tió o Tió Nadal, mientras que hay algunas zonas de Galicia donde se escucha hablar del Apalpador. ¡Sin olvidar el Zangarrón, claro! Un demonio que se viste de paja y que asusta todos los años a los habitantes de Zamora.
En Chile recibe el nombre de Viejo Pascuero, en Alemania se le llama tan solo Nikolaus, en Dinamarca es conocido como Julemanden o Julenissen, mientras que en otros lugares sencillamente se le llama Father Christmas, como en Inglaterra. ¡Y es que hay cientos de nombres para Santa Claus!
Muchos nombres, muchas tradiciones
Actualmente, la leyenda más conocida es la de Santa Claus, un hombre que vive junto a su mujer en el Polo Norte y que dispone de muchos duendes que le ayudan a hacer su trabajo. Pero el mito ha ido cambiando con el paso de los años, aunque manteniendo siempre la esencia del Joulpukki: una persona que lleva regalos aprovechando el solsticio de inverno. Ya no se celebra la vida, pero las fiestas continúan considerándose muy familiares.
Papá Noel ha levantado mucha polémica durante estos últimos años, porque el mito que se ha adaptado es el que proviene de Estados Unidos, y hay quien señala que debido a esto se están perdiendo las tradiciones culturales más pequeñas. El Yule, por ejemplo, no es más que un pedazo de la historia que a día de hoy no se suele tener en cuenta. Para beneficiar a estas pequeñas culturas, son muchos los que se están despidiendo de Santa Claus y están abogando por restaurar todos esos mitos que existían antiguamente. Los católicos, incluso, hablan de olvidar los regalos en Nochebuena y Navidad, porque lo realmente importante para ellos es el nacimiento de Cristo.