La noche de fin de año es una de las más especiales que celebramos, pues la llegada de un año nuevo simboliza el cambio, la llegada de tiempos (aún) mejores y, ante todo, es una noche en la que mostramos nuestro cariño por pasarla junto a nuestros seres queridos.
Una noche tan especial no podía pasarse sin tener alguna especie de ritual o tradición que nos ayude a prepararla con más entusiasmo, y en este caso tenemos las clásicas 12 uvas de Nochevieja, también llamadas uvas de la suerte. Desde hace generaciones, las uvas de Nochevieja son un motivo de esperanza por la llegada de buena suerte, pero también de diversión, porque resultan un auténtico reto de comer al ritmo de las campanadas.
La piel, la pepita, que te toquen más grandes o más pequeñas... El caso es que hay personas que las comen antes de tiempo, otras tardan más que esos 36 segundos que duran las campanadas, luego está el que se atraganta en la campanada 5, el que empezó con los cuartos, o el que termina con todas ellas metidas en la boca pero sin haber podido tragar ninguna. Vamos, que las uvas no son tan agradables para todo el mundo. Por ello, queremos proponer otras opciones para sustituir a las uvas que, seguro, nos traerán tanta suerte como ellas mismas.
¿Por qué comemos uvas?
Existen varias teorías en torno al origen de tomar las famosas 12 uvas de la suerte en Nochevieja o noche de fin de año. Sin embargo, todas las referencias datan de finales del siglo XIX, donde en diversos medios de comunicación se hablaba de la toma de uvas con las campanadas que anunciaban el fin de año y la llegada de un año nuevo. Se cree que todo surgió en Madrid, donde la gente empezó a ir a la Puerta del Sol a tomar uvas y champán, parodiando a la clase burguesa, que hacía lo propio en sus casos en las cenas de Nochevieja. La costumbre se inició, así, en España, y se fue extendiendo por otros países hispanohablantes.
Independientemente de que las personas que celebran el año nuevo crean o no en la suerte que den las uvas de Nochevieja, no hay duda de que llevar a cabo ese tradicional ritual nos da fuerzas para afrontar un año nuevo con mucha energía positiva. Son uvas como podía haber sido otra cosa, ¡así que no os preocupéis porque hay muchas alternativas! Pero recordad que hay que pedir un deseo por cada campanada.
Alternativas a las uvas de la suerte
- El más sencillo es pasar de las uvas... a las uvas pasas.
- Si queremos mantener la tradición de comer una fruta los último segundos de fin de año, aunque no sean uvas, tenemos muchas opciones. Frutos pequeños son los arándanos, las moras y las frambuesas, que encontramos en cada vez más establecimientos y están muy ricas. De esas, quizá lo más desafiante sea comerse 12 buenas y grandes moras.
- Para continuar con un reto tan complicado como comerse las uvas de la suerte, podemos optar por gajos de mandarina, son pequeños pero su piel nos dificultará la tarea. Y para ponerlo más difícil: ¡comerse 12 rodajas de limón!
- También podemos coger una fruta grande y partirla en 12 porciones o, para que sea más sofisticado, hacer bolitas con una cuchara. Es el caso de la manzana, el plátano, kiwi, pera, etc. De ellas, la manzana roja es asociada al amor, así que podemos tomarla si queremos tener una sorpresa romántica el siguiente año.
- Los amantes del dulce están de enhorabuena, hay supermercados que venden bolsas con 12 uvas de gominola ¡la alternativa perfecta! Pero recordad que hay que comerlas rápido, ¡no os entretengáis chupando el azúcar!
- Aunque no sean gominolas de uvas, podemos elegir otro tipo de golosina, e incluso seleccionar los sabores y colores más adaptados a nuestros deseos de año nuevo.
- ¿Y qué tal los frutos secos? Podemos pasar un buen atragantón tomando 12 avellanas, almendras, nueces (mejor partidas, ¿no?), cacahuetes, etc. Son riquísimos y sanísimos, y nada mejor que un buen sorbo de sidra, cava o champán para apagar la sed que nos puedan dar.
- No hace falta comer nada, podemos optar por beber sorbitos de alguna bebida. El clásico es el champán, cava o sidra, beberlo a pequeños sorbos, además el gas nos lo pondrá un poco más difícil. ¡Pero acordaros de echar suficiente y dar sorbos pequeños! Nos se vaya a terminar antes de tiempo.
- Alternativas líquidas al champán son un cóctel, un zumo de frutas o lo que más nos guste. Lo importante es hacerlo bien para tener un año nuevo próspero.
- Como vemos, las posibilidades son infinitas. Repetimos que es más importante tomarse los 12 bocados o sorbos a tiempo, en compañía y pidiendo un deseo por cada uno de ellos, que se trate de uvas de la suerte, moras, gominolas, avellanas, sorbos de champán, etc., todo nos traerá suerte y prosperidad.
Además, con todos estos alimentos podemos tener anécdotas tan graciosas como la de la persona que no se acaba las uvas, pero siempre con cuidado y precaución, no queremos que nadie se atragante y podamos tener un disgusto.
¿Quién dijo comer? Rituales para hacer durante las campanadas
Efectivamente, podemos dar rienda suelta a nuestra imaginación para crear alternativas a las uvas de Nochevieja, e idear un ritual dividido en 12 partes para despedir el fin de año.
- Podemos adaptar una costumbre que tienen en los templos budistas japoneses a nuestro hogar. Ellos tocan una campana 108 veces en fin de año, cada campanada representa algo malo, y escucharlas aleja esas cosas negativas de nuestra alma. Nosotros podemos tocar al unísono de las campanadas de la televisión una pequeña campana en nuestra casa.
- El fuego también sirve para purificarnos en Nochevieja, pues nos ayuda deshacernos de los malos recuerdos, como lo utilizan en Escocia. Nosotros podemos encender 12 velas antes de las campanadas y apagarlas con cada una de ellas, o encender y dejar consumirse en un cuenco 12 cerillas.
- ¡Llena la casa de alegría! Tira un puñado de confetis o serpentinas con cada campanda, aunque esto es más recomendable fuera de casa o, por lo menos, donde no haya moqueta.
- También podemos volverlo algo más romántico, y darnos un beso por cada campanada con esa persona especial. Empezaremos el año con mucho cariño y ternura.
Podéis pensar cualquier otro ritual y convertirlo en una tradición en vuestra propia casa para futuros años. ¡Feliz Año Nuevo!