La Navidad es esa época del año que todo el mundo espera con ilusión porque supone reencuentros, tiempo para estar con los tuyos, días de vacaciones y de comilonas... pero luego acaba dándote quebraderos de cabeza -y un golpe en la cuenta del banco. Conseguir ver a todo el mundo con el que se pretende quedar, aguantar al cuñado/tío/novio de tu prima pesado que no soportas, decidir en casa de quién se organizan las comidas y, por si todo eso fuera poco, además, tener que pensar qué regalar a la familia son algunas de las cosas que pueden empañar esos momentos de felicidad y fraternidad.
En aras de la practicidad es cada vez más común que en muchas casas -especialmente cuando los niños ya no lo son tanto- se opte por reducir la vorágine de regalos y que se decanten por fórmulas que están llamadas a simplificar la labor y que suelen resultar bastante más económicas -de tiempo invertido y de dinero. Eso es en la teoría, porque luego en la práctica puede resultar que acaba siendo aún más complicado.
Fijar un presupuesto máximo para cada regalo, decidir acotar el espectro de personas que van a recibir un presente o que cada uno haga una lista con lo que quiere y se la entregue a los demás son formas de facilitar la ardua tarea de decidir qué regalar a cada miembro de la familia. Hay otra, cada vez más en boga: el amigo invisible.
Qué es el amigo invisible
El amigo invisible es una tradición que ha venido de otros países y que, hace unos años, se empezó a instaurar en los grupos de amigos, compañeros de clase o del trabajo; básicamente para tener un detalle con ellos en Navidad sin que tampoco supusiera un gran desembolso. De un tiempo a esta parte se ha trasladado a la familia, viendo que resultaba mucho menos latoso.
Puede haber variaciones en función de los participantes, pero la técnica es bien simple: cada persona ha de hacer un regalo a otra persona, a nadie más. Y recibirá un único presente, claro está. Normalmente se fija un precio orientativo -para que no haya muchas diferencias entre lo que den a unos y otros- y un sorteo es el que decide quién ha de regalar a quién.
Otra cosa fundamental es que nadie puede saber quién le ha tocado a otras personas. ¡Es secreto! Por lo general cuando llega el momento de la entrega de regalos todos los paquetes se ponen en el mismo sitio, con el nombre de quien lo va a recibir, y se van abriendo uno a uno. Parte de la diversión es tratar de decidir quién es el que te lo ha regalado, incluso el motivo por el que lo ha hecho.
Cuando el presupuesto es ajustado
Ya vimos las reglas fundamentales del amigo invisible, pero sabes que se pueden adaptar en función de las necesidades. Si este año alguien de la familia anda justo de dinero podéis plantear un presupuesto más reducido, incluso decidir decir no al consumismo de estas fechas y hacer un regalo que sea hecho por vosotros mismos. En la red hay muchísimos tutoriales de DIY (Do It Yourself) que te puede guiar a la hora de tejer una alfombra, convertir una camiseta vieja en un bolso, diseñar piezas de joyería o incluso juguetes reciclados.
¿Que tampoco queréis que el amigo invisible sea algo serio? Puedes proclamar que el regalo ha de ser de broma o que verse sobre una determinada temática que os guste a todos. Por ejemplo, si estáis pensando en iros de vacaciones a un destino determinado vuestros regalos del amigo invisible pueden ser cosas que vayáis a usar allí o que os resulten útiles para organizar el viaje.
Conoce a quien regalas
El amigo invisible resulta muy divertido cuando se hace con gente cercana, a la que se conoce y se sabe qué puede querer. Con miembros de tu familia puede ser fácil, pero hay veces que no. ¿Qué haces cuando te toca un tío de tu novio del que apenas sabes nada porque no habla en las reuniones familiares y se las pasa fumando en el sofá? ¿O con tu prima, esa mujer que lleva devolviendo regalos desde que hizo la Primera Comunión porque nada le gusta?
Participar en esto tiene que ser divertido para todo el mundo, así que tampoco hace falta amargarse la existencia hasta conseguir el regalo perfecto. Empieza por saber un poco más de esa persona a la que vas a regalar -un aspecto secundario pero muy interesante del amigo invisible. Es gente de tu familia, así que tienes acceso a la información. Pregunta a otros familiares, pero sin que se te note mucho, recuerda que la identidad de a quien regalas debe permanecer secreta hasta que abra el paquete.
Si te ha tocado el tío fumador que antes mencionábamos hay todo un mundo de accesorios para los amantes del tabaco. Si le gusta leer puedes buscarle una edición antigua de alguno de sus libros favoritos o hacerte con un lote de ejemplares que sean curiosos. Pero cúrratelo un poco, nada de coger los tres primeros bestsellers que encuentres en los grandes almacenes. Pueden ser historias con personajes que tengan algo en común con él, por ejemplo, o que se ubiquen en una ciudad que le guste mucho.
Si le gusta la fotografía rebusca en mercadillos y tiendas de segunda mano a la caza de una cámara con historia, porque seguro le encantará. Si te ha tocado regalar a alguien a quien le guste la cocina tienes un universo de posibilidades -desde libros, herramientas, clases de una especialidad concreta o un lote de comida que no sea fácil encontrar y sepas le hace ilusión experimentar con ella.
Los comodines que no fallan
Cuando no se conoce a la persona a la que tienes que regalar -o es de esas personas que tiene de todo y nunca quiere nada- hay varios comodines que siempre son bienvenidos, porque no fallan: los packs/tarjetas regalos. Para los más tranquilos un fin de semana en un hotel rural, para los aventureros una sesión de ala delta, para los que les gusta cuidarse un tratamiento en un spa... Las posibilidades son numerosas y tienen muchos meses para disfrutarlo. Estos packs son una forma casi garantizada de acertar, pero también es verdad que debería ser la última opción a la que recurrir, porque muestra que no te lo has currado ni lo más mínimo.
Una joya es algo que casi nunca falla y, en el caso de las mujeres, lo cierto es que las posibilidades a la hora de elegir son muchísimas. Trata de buscar que no sólo sea una pieza bonita, sino que diga algo de vuestra relación o signifique algo para la persona que la va a recibir. Y si con todo esto aún no has encontrado regalo para el amigo invisible opta por lo más práctico : una tarjeta regalo para gastar en una tienda que sepas que le gusta. No es original, no te hace quedar en buen lugar, pero lo que es seguro es que acertarás.