La celebración de la Navidad cuando hay niños pequeños en la familia es diferente a cuando únicamente hay adultos. La ilusión, la felicidad y la alegría de estos días se contagia entre grandes y pequeños y se disfruta de otro modo de estas fiestas, que es entonces cuando de verdad se vuelven entrañables. Los regalos, los juguetes, la cabalgata de los Reyes Magos o las visitas a Papá Noel hacen que todo se vuelva más especial.
Y si hay una Navidad que es importante entre todas es cuando se trata de las primeras fiestas que disfrutamos con nuestros niños. Aunque sea bebé él no se da cuenta de lo que está pasando pero la celebración del resto de la familia se vivirá de un modo diferente gracias a la presencia del niño, que alegrará cualquier encuentro.
La primera Navidad de un bebé suele ser motivo de regocijo y la excusa perfecta para sacar a relucir el espíritu navideño más aún si cabe. Cierto que él no recordará nada de lo vivido en estas fiestas, ni siquiera será consciente de las cosas, pero sus padres sí y se lo podrán recordar una vez que el niño haya crecido.
Inmortaliza vuestra primera Navidad
Por eso es también importante inmortalizar vuestra primera Navidad juntos a fin de recordarla tiempo después. En los primeros meses de vida de un bebé es habitual que le hagamos cientos y cientos de fotos y vídeos con cualquier pequeño gesto, cuando les regalan juguetes o cuando estrena una ropa determinada.
Las fiestas de Navidad están llenas de esos pequeños detalles que merece la pena tener inmortalizados para el futuro y de numerosas primeras veces para el bebé que sus padres no se querrán perder, cámara o smartphone en mano. La decoración navideña es una de esas novedades y a buen seguro que una de las que más le gusta al pequeño sabiendo la atracción de cualquier bebé por las cosas que brillan, se iluminan y emiten sonidos.
¿Por qué no aprovechar y vestirlo de Papá Noel? Se pueden aprovechar todas esas imágenes que tenemos para hacer fotos de la familia y del propio niño. Podemos utilizarlas luego en calendarios o postales de Navidad que enviar a los seres queridos. También podemos incluso hacer algún retrato -ya sea sólo del niño o de toda la familia- de la mano de un fotógrafo profesional para recordar por siempre estas primeras fiestas.
El bebé no podrá participar de la colocación del árbol o el Belén a buen seguro, pero sí que podemos maravillarnos viendo la carita que se le queda al descubrir tal cantidad de figuras de colores y objetos brillantes en la casa. Hay que tener cuidado con ellos y procurar no dejar al alcance de su mano -si es que ya gatea y se pone de pie- aquellos que podrían resultar frágiles y peligrosos. Y sí permitirle que use como juguetes aquellos otros que son mullidos, como peluches, y que no suponen ningún riesgo para los más pequeños.
Conocer a Papá Noel y la cabalgata de Reyes Magos
Con la llegada de un niño a la casa los adultos empezamos a ver con otros ojos la Navidad y recuperamos la ilusión por estas fiestas, incluso antes de que nuestro bebé sea consciente de ellas. Así no puede faltar acercarse a Papá Noel para entregarle la carta o ver pasar la cabalgata de Reyes Magos. Todo el alboroto que se forma en torno a estos personajes pueden hacer que el bebé esté desconcertado y que parezca que no le gusta tanto como cabría esperar en un niño.
Es normal porque se trata de elementos nuevos, ruidosos y gente extraña para él. Además, por lo general cualquier evento relacionado con Papá Noel o los Reyes Magos se caracteriza por ser multitudinario. Son muchas las personas que se congregan alrededor generando cierta aglomeración que puede hacer que el bebé no se encuentre cómodo.
En caso de que así sea, si veis que empieza a sentirse inquieto e incluso a llorar, es mejor desistir de hacerle partícipe de este tipo de eventos navideños o podéis decidir ver pasar la cabalgata de Reyes Magos desde un punto más alejado y no desde primera línea, algo que en apenas unos años a buen seguro que el niño querrá hacer, para recoger caramelos y ver a los Reyes.
Los regalos de Navidad
La Navidad va asociada a los regalos y en el caso de que hablemos de niños pequeños es aún más probable que nuestra casa se transforme durante unos días en una juguetería sin espacio para poco más que los regalos que ellos reciben. Sin embargo hay que recordar lo que hablamos anteriormente. Si es la primera Navidad de nuestro bebé no será consciente de nada de lo que ocurre a su alrededor, ni siquiera de los regalos y juguetes.
Por ello y aunque nos encantaría agasajarlo a regalos en estas fiestas -siempre en función de nuestras posibilidades presupuestarias- hemos de ser precavidos y pensar con lógica. No merece la pena comprarle numerosos juguetes cuando no va a distinguir por qué se los regalan y ni siquiera tendrá tiempo a jugar con ellos.
En el caso de los regalos de Navidad -y esto se aplica no sólo a los de los padres, sino también a los de los abuelos, tíos y demás familia- es más importante ser práctico.No hay que comprarle muchos juguetes que no necesita -aunque es evidente que alguno sí- y sí quizás es un buen momento para adquirir algo de ropa nueva, calzado o útiles propios de su edad y necesidades. Son cosas a las que se les sacará provecho. Cuando tenga más tiempo el niño ya podrá disfrutar de los juguetes, incluso elegirlos él mismo y será el momento de regalárselos sin miramientos.
Sin embargo si el día de Reyes nos encontramos con que de cualquier forma hay numerosos juguetes en casa tampoco es necesario dárselos todos de manera inmediata. Se pueden guardar algunos e ir entregándoselos de manera sucesiva durante los próximos meses. De ese modo el niño disfrutará de todos los regalos y juguetes que le hayan hecho en estas fiestas.