Ingredientes para 4 personas
Para el relleno
-1 cebolla mediana
-200 gramos de boletus
-40 gramos de mantequilla
-350 mililitros de leche
-75 gramos de harina
-Sal y nuez moscada
Para el rebozado
-100 gramos de pan rallado
-100 gramos de harina
-2 huevos
- Aceite de oliva para freír
Receta completa
¿A quién no le gustan las croquetas? Si es fácil comerlas su elaboración le va a la par. Se trata de una receta sencilla de hacer, en la que todos pueden colaborar, incluidos los más pequeños de la casa.
Las croquetas de jamón son las más famosas, pero se pueden elaborar con otros muchos ingredientes. Una de las propuestas más sabrosas, y también más desconocidas, es la receta de croquetas de boletus.
Empezar por el relleno
La base de una buena croqueta se encuentra en el relleno, que consiste en una buena bechamel a la que se añade un ingrediente que le dará el sabor especial. En este caso se trata de boletus, que puedes usar frescos o en conserva. Hay que picarlos, pero no demasiado pequeños, para que al dar el bocado se reconozca fácilmente el tropezón.
Si están en conserva no será necesario cocinarlos, pero si no lo están se hace necesario pasarlos por el fuego. Primero pica la cebolla en juliana y la pochas. Posteriormente añade los boletus. Si están ya cocinados basta mezclaros. Si están crudos habrá que darles unos minutos para que se hagan y reservar.
El secreto de la bechamel
Una vez preparadas las setas toca elaborar la bechamel. No es una salsa que requiera gran destreza. Mucha gente tiene su propia receta, así que ésta una fórmula como cualquier otra.
En un cazo coloca la mantequilla y deja que se vaya derritiendo. Añade la harina. Una sugerencia: tamízala antes, para evitar que luego se formen grumos. El secreto de una buena bechamel es precisamente que esté cremosa y para conseguirlo lo importante es no dejar de revolver en ningún momento y mantener el fuego lento. Hay que tomárselo con paciencia.
Poco a poco vete añadiendo la leche, sin prisa y sin dejar de remover para evitar que se formen grumos. Verás que la mezcla se va volviendo espesa y que la harina se está cocinando, porque no se puede dejar cruda.
Se hace evidente que la bechamel está lista. Será cuando la salsa esté cremosa, no se vea la harina cruda y la mezcla tenga un color más tostado. Es entonces cuando llega el momento de añadir los boletus y la cebolla picada que habías reservado cuando empezaste a preparar la receta.
Remueve durante un par de minutos para que se mezclen todos los sabores y echa y sal y nuez moscada al gusto de tus croquetas.
Enfriar más de doce horas
El relleno lo has de colocar en una superficie plana, como una fuente de horno y dejar que se enfríe un poco. Aquí va al gusto de cada uno. Hay quien guarda la fuente, después de taparla con papel film en la nevera y quien crea cilindros con el relleno.
Mi sugerencia es, cuando ha enfriado un poco la masa, volcar un poco en papel film y darle forma de cilindro. Es fácil, basta enrollarla como si estuviéramos envolviendo un caramelo. Tendrás que formar varios cilindros con la cantidad de masa preparada.
Y es el momento de enfriar el relleno. Debe hacerse un mínimo de 12 horas, para que se puedan rebozar y freír luego las croquetas. Si puedes dejarlas en la nevera un día entero mejor que mejor.
Incluso puedes preparar la masa con varios días de antelación, congelarla y descongelarla un momento antes de freír y servir las croquetas. No hace falta dejarlas descongelar, cocinarlas como las que compráis en el supermercado.
Rebozar y freír
Si has hecho cilindros con el relleno bastará sacarlos del papel film, cortar trozos pequeños, en función del tamaño que quieras tengan tus croquetas y rebozarlas. Puedes darle forma con las manos para que queden más redondas o más alargadas. Eso es al gusto de cada uno.
Coloca tres platos: harina, huevo batido y pan rallado. Y en ese mismo orden -para no equivocarte fíjate que es el orden alfabético- vete rebozando las croquetas antes de freírlas. Has de hacerlo en abundante aceite de oliva que esté muy caliente, para que queden bien crujientes.
Después hay que pasarlas por papel absorbente, para quitar el exceso de aceite y ya están listas para servir a la mesa.
Consejos de preparación
Decorar el plato
Las croquetas son un plato sencillo que aunque riquísimo no tiende a ser decorado a la hora de servir. Por lo general se ponen en una fuente de la que se sirven todos los comensales. Pero siempre se puede hacer algo más por dejarlo bonito.
Por ejemplo, coloca las croquetas en fuentes de pizarra. Con esta receta salen cerca de 20 croquetas así que repártelas en dos fuentes. El negro de la pizarra contrasta con el dorado de las croquetas.
También puedes colocar lonchas de jamón en la fuente, a modo de acompañamiento, puesto que es un ingrediente que va bien con las setas. No las coloques a la ligera, sino envuélvelas sobre si mismas creando como una rosa.