Hay muchos que cuelgan calcetines con la llegada de la Navidad en sus chimeneas, unos calcetines que se supone que se tienen que llenar de regalos, pero muchas personas no conocen el origen de esta tradición anglosajona que se ha extendido poco a poco llegando a países latinos. Se dice a los pequeños que los regalos que aparecen en ellos son los que provienen directamente de Santa Claus -o Papá Noel, dependiendo de la zona-, y parece ser que los que están envueltos pertenecen al resto de la familia, aunque esto dependerá de cada hogar.
El origen de esta entrañable tradición proviene de una leyenda de la Edad Media. En esta leyenda se dice que un hombre, tras la muerte de su mujer, estaba tan loco por la pérdida que decidió donar todo su dinero. Tanto él como sus tres hijas quedaron sumidos en la pobreza, malviviendo hasta que sus hijas se casaron y encontraron tres pretendientes, pero el padre no tenía nada que ofrecer como dote, algo que era típico en ese tiempo, por lo que las bodas no podían celebrarse.
Esta mala circunstancia llegó a los oídos de Papá Noel, y es que las chicas estaban muy enamoradas pero no podían casarse pese a sus deseos. Por eso el día de Navidad se acercó hasta su chimenea y por ellas tiró tres monedas de oro, y la suerte hizo que cayeran en los tres calcetines que había colgados, porque los habían dejado ahí para que se secaran tras lavarlos. A la mañana siguiente despertaron y se encontraron con el inesperado regalo. Las monedas fueron suficientes para la dote, y por fin pudieron ser desposadas gracias al calcetín de Santa Claus.
Lo cierto es que con el tiempo esta afición se ha ido perdiendo y cada vez es menos habitual ver un calcetín, pero no solo eso, una chimenea porque escasean en los hogares. Así que quienes siguen esta tradición lo que hacen es colgar los calcetines donde pueden. Aunque es normal encontrar muchos modelos de calcetines en las tiendas, todavía hay familias que acostumbran a tejer uno diferente para cada miembro, como se hacía décadas atrás con el calcetín de Santa Claus.
Otras leyendas originales
Otra de las historias que se conoce sobre el origen de este calcetín dice que las medias navideñas derivan del folklore holandés. En los Países Bajos, Papá Noel, llamado Sinterklaas en holandés, y s u ayudante Black Pete o Zwarte Pie atracan anualmente en el puerto de otra ciudad, y cuando desembarcan viaan en un corcel blanco y una mula. Los niños esperan impacientes su llegada para darles golosinas especiales de heno y zanahorias que colocaban en un zueco de madera. El día de la llegada el Papá Noel, el caballo y la mula disfrutaban de las golosinas de los niños y luego recompensaban su devoción y cuidado con pequeños regalos como caramelos, adornos y un largo etcétera. Cuando los colonos holandeses emigraron a Estados Unidos, introdujeron a los estadounidenses a muchas de sus tradiciones por lo que Sinterklaas se convirtió en Papá Noel y los zuecos fueron reemplazados por medias.
Cómo hacer un calcetín de Navidad
Si lo tuyo no es tejer pero quieres colocar el tradicional calcetín en la chimenea o en otro punto de tu casa, puede conseguir uno de una manera mucho más sencilla con muy pocos materiales:
- Fieltro de varios colores
- Tira de tela
- Hilo
- Aguja
- Tijeras
- Adornos
Lo que tienes que hacer es dibujar con un lápiz la silueta del calcetín en el fieltro y así podrás calcular el tamaño más fácilmente, eso sí, no olvides dejar unos centímetros de más porque al coserlo quedará más pequeño de lo que replantees con el dibujo. Cuando tengas la plantilla recortada, colócala sobre otra pieza de fieltro para conseguir una idéntica. Si n te decides con los colores, utiliza los básicos que son el rojo, el verde y el blanco. Para que no se te mueva, sujétalo con alfileres si hace falta y así tendrás una plantilla igual. Cose el contorno y deja abierta la parte superior dónde vas a colocar los objetos y cortas las partes sobrantes. Cuando lo hayas terminado, dale la vuelta para que no se vean las puntadas, y ahora es momento de decorarlo a tu gusto, en la parte superior rodeando la abertura, con pequeñas bolas e otros colores, un reno, un abeto o un papel Noel, ten en cuenta los colores que vas eligiendo para tus diseños. Puedes aprovechar y no hacer solo uno, sino varios para que la chimenea quede más colorida y original. Lo mejor de esta actividad es que además puedes hacerla con los más pequeños de la casa porque es muy sencilla y de paso les cuentas de dónde proceden estos calcetines que una de las noches más mágicas del año se llenarán de regalos y chuches.