El árbol de Navidad es, sin duda, el símbolo universal de la Navidad por excelencia. En cuánto llega diciembre, o incluso antes, los vemos por las calles, en tiendas y centros comerciales, en programas de televisión... y por qué no, en nuestra casa.
Decorar el árbol de Navidad es una tradición para muchas familias y un objeto que adornará nuestro comedor o salón durante todas las fiestas navideñas, en las que habitualmente recibimos numerosas visitas de amigos y familiares.
Por eso, es imprescindible decorar el árbol de navidad con gusto y sentido común, pendientes de las últimas tendencias para dejar boquiabiertos a nuestros invitados.
Sencillez y planificación
En primer lugar, es muy importante planificar y diseñar cómo queremos decorar nuestro árbol de Navidad. Lo ideal es elegir un tema o varios colores predominantes. Los árboles de Navidad sobrecargados y llenos de colorines son cosa del pasado: ahora dominan los árboles sencillos, con como mucho un par de colores bien combinados.
Lo habitual es que cada año refuerces tu árbol con algunos adornos nuevos. No intentes querer reutilizar todo lo de años pasados, al final acabarás saturándolo y perderá su encanto.
La elección del árbol de navidad
Si no tienes ya un árbol de otros años, elegirlo es una tarea fundamental. Es mucho más ecológico optar por un árbol sintético que uno natural, que además podremos utilizar varios años. Cada situación requiere un tipo de árbol y tendrás que comprarlo acorde con el sitio en el que lo vas a colocar: el árbol tiene que ocupar el espacio en armonía con el resto de muebles de la sala. Un árbol demasiado grande llamará la atención en exceso y hará que tu casa parezca más pequeña de lo que es. En cambio, uno demasiado pequeño causará exactamente el efecto contrario.
Además del tamaño, es muy importante elegir el color. Casi todos los árboles de Navidad son verdes, aunque en los últimos años se han ido poniendo de moda árboles de otros colores, especialmente blancos o con efecto nevado. Tú decides si estar a la última o bien apostar por una línea clásico que, por otro lado, nunca pasan de moda.
Por último, tienes que prestar atención a la base del árbol. Hay árboles bajos que casi tapan la base para que quede inadvertida. Otros altos que tendrás que colocar en una maceta o tiesto e incluso algunos más altos que se instalan en un pequeño tripode. En este último caso, para que la base no quede fea, lo habitual es colocar paquetes de regalo alrededor del árbol a juego con la decoración del mismo.
Las luces, casi tan importantes como los adornos
Hoy en día, las luces de Navidad son tan o más importante que los adornos. Al igual que sucede con el resto de ornamentos, apuesta por luces de únicamente un color. Tienes dos opciones, luces cálidas o frías. Las luces cálidas te combinarán mejor con colores como el rojo y el dorado mientras que las frías no desentonarán con adornos plata.
Lo ideal es que no escatimes a la hora de colocar luces. La tecnología ha llegado también a la Navidad y es posible encontrar en el mercado luces LED que son más brillantes, pequeñas y consumen menos. Pero ojo, son notablemente más caras que las tradicionales. También puedes apostar por LED con efecto como luces con movimiento que simulen los efectos del agua.
Recuerda que colocar las luces es lo primero que debes hacer a la hora de decorar un árbol, empezando desde abajo hacia arriba y colocándolas uniformemente.
Las bolas, elemento fundamental
No podemos acabar sin aconsejaros sobre el tipo de ornamentos y adornos a utilizar a la hora de decorar el árbol. Las guirnaldas y el espumillón están prácticamente acabados y no es bueno que abuses de ellos en la decoración del árbol.
En su lugar, apuesta por varios elementos colgantes donde las bolas tienen que ser las absolutas protagonistas. Combina bolas mate y con brillo con otros elementos colgantes como lazos, flores o piñas. Si tienes hijos, cocinar algunas galletas con forma de Navidad y colgarlas en el árbol será una manualidad divertida y enriquecedora que, además, le dará un toque personal a tu abeto navideño.
No podíamos acabar sin olvidarnos de la estrella. Puedes colocarla o no, queda a tu elección, pero nunca debe ser demasiado grande para desviar la atención del resto de elementos.